domingo, 7 de septiembre de 2014

Correctores

Un buen corrector puede marcar la diferencia en el maquillaje y la apariencia de cualquier rostro. Es un cosmético imprescindible que se ha convertido en nuestro mejor aliado para disimular y cubrir ojeras, granitos, cicatrices, manchas, rojeces y todo tipo de imperfecciones de la piel. Lo más importante es saber aplicarlo de la manera adecuada ya que será determinante en el efecto final de nuestro maquillaje.


      Lo primero que debes saber es que hay muchos tipos de correctores con diferentes texturas, por lo que está bien conocerlos y elegir el que mejor se adapte a tu piel y sirva para conseguir el efecto que deseas:



Barra: cubre bastante bien cualquier imperfección pero hay que aplicar una pequeña cantidad en la zona a cubrir para evitar marcar líneas de expresión y elegir un tono más claro que el de tu piel. Es ideal para cutis jóvenes.


Crema: su cobertura densa es estupenda para ojeras e imperfecciones profundas.


Líquido: es el más sencillo de usar y ofrece una cobertura media para tapar ojeras y otras imperfecciones pequeñas como puntos negros. No es muy indicado para pieles grasas.


Polvo: los correctores en polvo no cubren en exceso pero su textura es muy buena para tapar granitos en pieles grasas.


Mousse: correctores de textura ligera y de amplia cobertura que en contacto con la piel se convierten en polvo.


      Además de diferenciar los correctores por su textura, ¿sabías que también se distinguen por su color? Los más comunes y efectivos son los correctores en color verde, naranja, amarillo, lila, azul y blanco, cada uno sirve para un uso específico pero todos disimulan las imperfecciones al 100%.
Corrector en color verde: Este sirve para neutralizar y esconder las imperfecciones mayormente de acné, ya que suelen ser rojas o rosadas. También sirve para picaditas o alergias que sean de colores entre rosa y rojo únicamente.
Corrector en color naranja: Este sirve perfecto para las ojeras que son azuladas o grises, y también te ayudarán a disimular alguna mancha o sombra oscura que tengas en el área del bozo (arriba de los labios).
Corrector en color amarillo: Este sirve para las ojeras que son moradas o violetas, y para toda imperfección de estos colores, incluidos los moretones o hematomas, así que si te golpeaste puedes usar este corrector para borrar cualquier evidencia.
Corrector en color lila: Este funciona para granitos en color amarillo e imperfecciones que sean de color marrón, como algunas cicatrices y para manchitas color naranja.
Corrector en color azul: Funcionará perfecto para ocultar imperfecciones estrictamente de color naranja en la piel, pero deberá ser muy bien difuminado.
Corrector en color blanco: No lo uses para las ojeras - jamás - ya que harás que se vuelvan más notorias. Este sirve para hacer menos notorias las líneas de expresión, ya que las rellena. Utilízalo también como un iluminador, para marcar rasgos que te gusten y darle más iluminación a tu rostro.


¿Cómo se aplica?



      Toma una pequeña cantidad del producto y aplícalo con el dedo anular o con una brocha especial para corrector dando ligeros golpecitos en la zona. Difumínalo bien con movimientos suaves y circulares controlando siempre la presión para evitar arrugas prematuras.


      Para la zona de las ojeras elige el corrector que más se aproxime al color natural de tu piel o en un tono más claro para iluminar tu mirada. Aplica unas gotitas en la parte inferior de los ojos y extiéndelo con pequeños toques sin arrastrar el producto. Es muy importante difuminar los extremos para que quede totalmente adaptado al tono de la piel evitando esos cortes tan antiestéticos.


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